martes, 9 de noviembre de 2010

carta abierta al conformismo

La vida es no dejarse vencer,
Ir más allá de aquello que nos proponen como vida,
Dejar de pensar como vivir y poder sentir como se vive,
Dando lugar a los lugares inciertos y desconocidos,
A la buenaventura y a los posibles errores
Que se puedan cometer en el andar desprejuiciado,
Ser políticamente incorrectos, humanamente incorrectos
Y asumirse en una total imperfección.

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

Muchos de nosotros no queremos permanecer
Para vivir permaneciendo y así garantizarnos
Gravitar por esta vida.
No queremos gravitar, pues grave sería
Nos negamos a naturalizar las emociones,
A creer que todo pasa y que siga pasando por la vereda de enfrente.
No nos interesa el altruismo de la vida posible,
Queremos vivir buscando problemas y soluciones,
Y más problemas y embarrarse hasta encontrar en ese acto
El sentido del trabajo, del esfuerzo y el compromiso.

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

Si no somos venidos para andar de equilibristas,
No nos entreguemos a las mieles de lo plácido,
Si esto no implica el sacrificio,
El desvivirse para vivir plácidamente
Sabiendo que siempre hay más de lo visible,
Siempre hay melodías en las melodías,
Y allí las armonías,
Y allí las disonancias,
Y la deformidad,
La capacidad de crear y la necesidad de hacer algo distinto.
De sumar, de no pasar por acá de turista,
De querer traspasar la reja, la realidad y la verdad

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

El arte de lo posible,
Es la mentira más ruin
Que el hombre haya inventado para legitimar lo que no hace,
Lo que no busca, lo que no quiere ni le importa.
De posibilidades esta hecho el destino,
Y el destino lo hacen los hombres,
Caminando y haciendo camino,
Sorteando las dificultades, las piedras y los ventarrones.
El mal tiempo es fácil de anunciar,
La cuestión es como sobrevivir al mismo y como avanzar en el mismo,
Como seguir haciendo Patria en medio del Apocalipsis del hombre.

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

Si las flores negras se secan, se marchitan, se pudren,
Si en la lluvia también se hace verano,
Porque no se anida esta enorme presión en el pecho de todos,
Si podemos hacer bandera, si podemos hacer de un retazo de tela
Una esperanza de muchos, una quimera posible,
Y de la imposibilidad hacer arte, amor y política.
Podemos escribir, y dejar todo en cada verso,
Asistiendo a cada lugar donde ansíen nuestra presencia,
Poniendo cuerpo y alma,
Para que el buey entienda que sólo no puede lamerse,

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

Si los otoños sirven a la reflexión,
Las primaveras nos movilizarán a los hechos,
A las tareas del mismo tiempo que siempre está después,
Porque primero estamos nosotros.
Las bocanadas de aire y los suspiros
Deberán esperar su domingo, su día feriado
Para entender que se acabaron los días tristes,
Que acá nadie la atiende, nadie la ampara
Si tanto rato ya le dimos a la nostalgia,
Que ahora espere, que el hombre ya esperó mucho.

Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.

Si todos los días hacemos algo por el otro
Entonces estaremos viviendo,
Si todos los días miramos un poco más al cielo,
Entonces estaremos descubriendo algo nuevo,
Si todos los días releemos un libro,
Entonces estaremos creciendo,
Si todos los días resignificamos la palabra,
Entonces estaremos escribiendo algo distinto,
Si todos los días nos preguntamos hacia donde vamos,
Entonces sabremos hacia donde estamos marchando,
Si todos los días dejamos algo más que el esfuerzo y la inercia de vivir,
Entonces la historia dirá algo más de nosotros.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Chica del Tigre

Quisiera encontrarte en algún lugar,
igualita a cuando recién te levantás
y llevarte a un parque,
o a tomar un helado y olvidarse,
por lo menos un instante,
de las obligaciones de los hombres
y volver a ser niños.

Eso,

Me gustaría haber sido tu novio de niño,
algún verano,
armando castillitos
y juntando boludeces de esas que te gustan
cuando sos un nene
sólo para acercarte a la nena que te gusta
y saber que es tu novia,
aunque ella no lo sepa.

Tendríamos que jugar más seguido,
y seguir de vez en cuando
el río de tus ojos que disparan fuego.

Una tarde
en la isla
inventando un día propio,
y que en el muelle
haya un cartel que diga:

Feriado, estamos jugando.

martes, 19 de octubre de 2010

un mal sueño

De la nada al viento, como las babas del diablo, como una tormenta no prevista por el servicio meteorológico, una araña de mil pedazos se apodera de la imagen, tejiendo sus telas por toda la habitación hasta desangrar los vértices y las paredes humedecidas por el tiempo. Mi ropa y mis discos desparramados por el suelo son absorbidos por los pegajosos hilos del espanto y todas mis pertenencias se adhieren como velcro al enorme arácnido que viene por mi cabeza, con sus tenazas amenazantes. Me desenredo de las sábanas como puedo, pateo mi velador para ganar tiempo en la retirada, y pienso como podría zafarme por la ventana antes que el monstruo me atrape y consiga devorarme. Entonces se me ocurre actuar como el, y comienzo a caminar por la pared del ventanal, imitando sus movimientos y sus alaridos, comienzo a desprender mi propia tela de araña de mis manos y tomo posesión de la otra mitad de la habitación. Ahora estamos en igualdad de condiciones. Ahora somos lo mismo y creo que comenzó a temerme; lo percibo en el vomitivo olor que emana de sus poros, lo veo en sus noventa ojos y en sus amagues vacilantes. Comprendo que es momento de actuar y avanzo sobre su posición. La araña retrocede. Abro mis tenazas de punta a punta y con las fuerzas de un cocodrilo aprieto su torso con mis mandíbulas. De repente, la tejedora se parte en una suerte de llanto adolorido por sus cartílagos que se quiebran en mis muelas y una masa viscosa de color grisáceo empieza a chorrear, como si se tratase de su sangre, y un destello de luz que me deja ciego sale del centro de su cuerpo hasta que explota en mil partes, quedándose toda la habitación sumergida en esa luz blanca en la que no puedo ver. Finalmente, comprendí que fue ella quien me había devorado.

jueves, 23 de septiembre de 2010

metamorfosis

Salir del ostracismo,
Subir a la superficie y ver el mar,
Dejarse llevar por la corriente
Y querer morir una noche
Para amanecer en tus mañanas.
Repetir el ritual hasta el cansancio,
O hasta que una tarde el cielo se vuelva ostra
Y retorne al mar.

A veces pienso
Que las estrellas son las almejas del futuro.

jueves, 26 de agosto de 2010

que el río se vuelva mar

Nada termina
Con los ojos abiertos,
Nadie se va
Cuando uno se queda,
Y nada se lava si el agua
no está pronta.
A caso,
Que pretende
Esta noche con sus oscuros pasillos,
Nuevamente.

Será que no aprendimos nada
Y tendremos que volver al barro de lo incierto.

Esta vez,

Quiero creer que lo mejor está por venir.

martes, 24 de agosto de 2010

años luz

Ahí me quedo,
chapoteando
en los charcos que deja
la lluvia de tu rastro.

Inquieto,
aguantando la respiración
en un océano de un metro de profundidad.

Abrir los ojos y verlo todo azul;
sentir el crujir de los huesos que se van humedeciendo,
dolor de espalda, las manos que se arrugan
Y el amargo sabor del musgo.

Años luz;
Sos vos y tu condición.

lunes, 23 de agosto de 2010

fichas

I

Nunca supe valorar
El lujo de tenerte en mi cama.
Será que nunca supe de lujos
O que al no tenerte,
El espacio vacío de tu ausencia lo aclara todo.

II

A veces siento
Que todo lo que hago
Es sólo para escribirlo.

III

Creo que la mujer
Que me aguante el corazón,
Pronto llegará con la sal del viento;
Un niño me lo confesó.

IV

De todo lo que soñamos
Queda todo lo que tenemos por vivir,
Si todavía no vimos una vaca en el mar.

V

A las personas
Que alguna vez me hicieron bien,
Sepan que todo lo que escribo
Es para ustedes.

VI

Mis amigos son los mejores,
Porque me enseñaron el candombe,
A andar por el barrio
Y a llorar como un hombre.

VII

El vino es el sabor a todo esto;
Por eso pesa tanto el mañana,
Como la sombra de un árbol

VIII

En los remolinos,
La tierra es quien gobierna;
Por eso los pueblos estamos hechos de barro.

IX

Estar resucitando,
En un patio en un piano en una voz,
Y saber,
Que en el fondo de las casas está dios.

X

La última,
La más brava de todas,
La cruz,
La que te cae cuando te vas a dormir,
Y odiando al mundo,
Miras tu reloj.

miércoles, 18 de agosto de 2010

achicando

A veces un poema
sirve para escribir lo que no pasa,
lo que no vive, lo que no flota, lo que no da flor.
Pero esta noche, por lo menos esta noche
estos versos claman por tu paz.

No quiero clemencia ni bronces,
no los merezco,
es temprano para ser un recuerdo.

Te quiero en una buena,
volando en las alas
de lo que nunca morirá...

martes, 27 de julio de 2010

un pez no es un corazón

Sin un techo,
Esperando la mañana desde el aire,
Sentado en tus orillas,
Aguardando lo que en un latido puede pasar.

Ese fulgor
Que hacía rato no pintaba por acá,

Ese fulgor,
Que alejado estaba de estos cielos.

Ese fulgor,
Tan anhelado desde el invierno anterior:

Que alguien te llame por teléfono para leerte un poema.

jueves, 22 de julio de 2010

agua muerta

En los albores de tu partir,
Donde la bruma practica su preámbulo,
Allí se manifiesta de manera espesa
El espacio vacío de tu ausencia que se aproxima.

domingo, 18 de julio de 2010

Piedra Libre

En el cine,
En tu cama,
En el tren,
En el río,
En tu mochila,
En mis anginas,
En mis mañanas,
En mis ojeras,
En tus ronquidos breves,
En tus vestidos,
En tus mates con limón...

Te toca contar.

Desde lejos

Una nieve que no cae,
Una casa que no busco,
Una lluvia que me ampara,
Una casa en la que vivo.

Otro tren que sigue viaje,
Otro cine de domingo.
Un coraje que me invade,
Un calor al que hago mío.

Me encontraste,
En otro cuerpo,
En otro espacio,
En otro tiempo,
En otro vuelo.

La nieve,
Las casas,
Los cines,
Todos son estériles a kilómetros de tu distancia.

lunes, 12 de julio de 2010

Faro

Amanece en el sur,
en el borde azul del hielo azul,
Bien al sur, en el sur amanece de noche
azul,
De noche
luz,
en el sur azul amanece.

Amanece en los palos,
en los clavos,
en el bote y en el patio,
Las cosas del sur son muchas,
todas de color azul como el hielo azul
Que flota en el río de tus ojos azules
que frío denotan en su mar
que amanece azul.

En el sur de tu cuerpo,
También hay azules que saben mi nombre.

miércoles, 7 de julio de 2010

En el aire

No hace falta

Cruzar un río

Para entender lo que pasa

A la vuelta de la esquina,


Basta con ir a la esquina e imaginarse un río.



Acaso que estás buscando,

Si acá nadie te festeja nada,

Si nadie trabaja para vos.

No me busques donde no estoy,

Donde no fui,

Ni donde nunca quisiera estar.

Las cosas son más fáciles

Yo estoy acá,

De nombre propio,

En la ciudad de las vísceras,

Esperando aquello que está llegando:


Lo que la marea envuelve en sus manos de barro.

lunes, 5 de julio de 2010

Mora

Un vuelco mas
una palabra menos
Que se ancla en la espera,
En esta tarde lenta
De calma menos dolorosa pero no menos real.

En el patio,
La luz penetra levemente por las hendijas
Donde hay niños jugando a la ronda.

Tocar un árbol,
Viajar en el tiempo,
Abrazarse y olvidar todo
En el infinito cerrar de los párpados.

jueves, 1 de julio de 2010

Brisa

Hasta cuando será este cielo tan enorme,
De donde habrá venido esta brisa gris
A ocuparlo todo esta tarde.

sábado, 26 de junio de 2010

Calor

Arenas que se olvidan
Con el fulgor de un nuevo sol

En el camino
Se siente
Un pálpito distinto

Proclama del tiempo,
Luces del nacimiento de un mañana…

lunes, 21 de junio de 2010

La víspera



El pecho amortigua
Aquel murmullo del viento
Que todo lo envuelve en este día feriado,
Donde los héroes se olvidan y la tarde se alarga

Se hace grande en el andar,
Se vuelve niño en el reparo.

Los dos mueren en las plazas,
En busca de lo mismo:
Aquello que también estoy buscando.

domingo, 20 de junio de 2010

Apuntes para la espera

I


En el gesto de nadie,
En la palabra que nunca se pronunció

Agazapado en el tiempo
[Allí vive el futuro que espera su retorno.


II


Lo muerto, aquello que descifra lo vivo
Sirve la mesa en el pasto
Húmedo, de llanto por lo muerto.

Vaya paradoja;
Allí esta creciendo una flor celeste.


III


El recuerdo retoma su curso y vuelve al mar
Junto con las piedras y sus desvaríos.
Los perros huérfanos ladran temerosos,
Y los camiones descargan sus basuras de ciudad,
Cuando por la ventana asoma auspiciosa,
Una brisa de tierra,
Susurrando un secreto novedoso.

Hoy he llorado por esa niñez que no vuelve.

miércoles, 16 de junio de 2010

El atajo

I

Hoy la noche me cierra tus puertas,
Desdibujando tu imagen detrás de las nubes,
Y las palabras se agotan en mi desvarío,
Pretendiendo alejar tú recuerdo
Como si no tuviesen remedio alguno.

Hoy el poema se perdió en tu laberinto.


II


Salgo a buscar
Lo que se esconde detrás del viento,
Aquello que late bajo la tierra;
Ese anhelo del tiempo que pocos reclaman.


III


Alguien me confió un secreto:

Si sembramos fe,
Cosecharemos credo.

Se lo cuento a ella,
Y a los que voy cruzando por los parques
Han cerrado mis puertas –me dice al oído-
Pero las ventanas permanecen abiertas.

lunes, 14 de junio de 2010

Revelaciones

I

Ojos grandes miel serenos de noche
Que buscan la palabra de Dios
Exigiendo todo en una mirada;
Lo que ya no hay en mí.

Oh, la irascible calma de aquella mirada.


II

El verano no se discute, se hace…
En el castillo divino de las arañas,
Y en los misterios húmedos de los mares perdidos.

En sus ojos de arena que avanzan,
Un calor tímido delata su vergüenza
Aproximándome a su distancia como un cangrejo torpe.


III

Pronto,
Que están barriendo las hojas;
Todavía podemos salir a jugar,
Salgamos todos –dice la niña-
Que las casas son aburridas.

lunes, 7 de junio de 2010

Entrevero





Arroja una moneda
Al estanque
Y en el reflejo final
Su rostro envejece.


Regresa a dormir
Y en el sueño se repite la escena.


Entonces se deja morir
Y vuelve a soñarlo.

viernes, 4 de junio de 2010

Siesta*

Indisoluble,

Tensión que raspa en la plenitud geométrica de los sueños oblicuos,

Cual niño inhibido al descubrir el sabor severo de la sangre


Las torcazas planean vuelos agudos,

Efímeros simulacros de suicidios.


Escenarios:

Circos microcéntricos de cables entrecruzados sin redes de protección.

Acontece un día otro y un palomo gordo mira de soslayo las migajas

Que el inquilino arroja al zócalo sucio de la piedad de su ventana de la tarde.


Se acentúa una siesta de temporal; quizás la ultima.

Transpiran las cosas ordinarias de la habitación blanca,

Mientras,

La bruma busca con ahínco sus perfiles oscuros en la tarde-sombra.


La violencia del otoño en la ciudad

[Tampoco reniega de la hora de la siesta.


*Siesta: fenómeno no meteorológico aunque si natural que solía gestarse en un sin fin de puntos “X” del espacio-mundo, conformando logias e intersecciones de aromas y piques de sonidos vagos. Dicho acontecimiento da lugar a las sombras, y es en las mismas, donde se practican ambivalentes silbidos, desde tangos y milongas hasta zambas y candombes, en los cuales se rozan feroces los vahos y lloran los recuerdos, los faroles y las grutas. Sin embargo, los niños en dicho momento, prefieren jugar canciones, arrojar piedras a los ríos forzando brincos que no salpiquen bruscamente, trepar ombúes o desterrar lombrices. Para los niños, la siesta y la muerte no son más que cosas de adultos.



Cielos y cables

En el cielo

Como en una acuarela,

Tu rastro se mezcla denso

Con el sol y las nubes,

Anclándome

En un variopinto de influjos más bien naranjas.

En el intervalo,

Los pájaros cortan incesantes el sueño celeste de aquella mujer

Y lo envuelven nuevamente en lo ameno de la tarde

Y de sus ojos de oro

Que vuelven a dormir a su niño,

En la intimidad de las seis y media,

En el despertar de la siesta calurosa

Donde su estela recobra un sentido.

Como las plazas,

Estos versos buscan el aire.

Persuadir


El silencio es la soberbia de la oscuridad.

Si alguien lee este verso es probable que muera.

Si lee este otro, también.

El orden de mis versos no altera la muerte


La palabra es la resistencia de la luz.

Si alguien lee este verso es probable que este vivo.

Si lee este otro, también.

El orden de mis versos no altera la vida.


El tiempo es el karma de la humanidad.

Si alguien lee este verso es probable que todavía sea humano.

Si lee este otro, también.

El orden de mis versos no altera el tiempo.


Mientras nada lo alteren,

Mis versos seguirán siendo egoístas.