lunes, 14 de junio de 2010

Revelaciones

I

Ojos grandes miel serenos de noche
Que buscan la palabra de Dios
Exigiendo todo en una mirada;
Lo que ya no hay en mí.

Oh, la irascible calma de aquella mirada.


II

El verano no se discute, se hace…
En el castillo divino de las arañas,
Y en los misterios húmedos de los mares perdidos.

En sus ojos de arena que avanzan,
Un calor tímido delata su vergüenza
Aproximándome a su distancia como un cangrejo torpe.


III

Pronto,
Que están barriendo las hojas;
Todavía podemos salir a jugar,
Salgamos todos –dice la niña-
Que las casas son aburridas.

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