No hay nada esta vez, no hay motivo alguno,
Solo cuchillos equivocados y pálidos pasillos de hospital,
Ya no se por que escribo esta noche.
Las pocas luces que deja el trajín,
Y aquellos rostros candorosos, iluminados
Que se apagan por la injusticia divina.
La devastación lima mis puertas y seca mi piel,
Cierran los subtes,
Llega el invierno y la cosa difícil.
Son solo tres versos,
Los que se necesitan para explicar la muerte
Cuando no tiene sentido.
El cuento de la ciudad se comió la realidad,
Quedo atrapada en la maraña del tiempo,
Pidiendo clemencia en su merecida vida.
Pido perdón por esta forma poco poética de recordarte,
Entre tanta niebla el faro de tu sonrisa
Se aleja de mi presente amanecer.
imaginando buenas
domingo, 26 de junio de 2011
viernes, 17 de junio de 2011
Tonto (hombre)
Tonto,
siguen las lluvias mariconas y sigue el rock,
Tonto al fin,
en los caminos de colores finitos y de pocas ideas,
después de caer y volver al tan temido barro del espanto.
Un sueño revelador,
una muerte -previsible de malas conductas-
y un mensaje que ordena la metafísica del amor de un lunes tonto y descreído.
Triste panorama el de un hombre que se rinde a los pies de la madrugada a pedir perdón.
Tonto y pobre hombre,
cobardemente testarudo de una suplica elemental,
a lo ángeles de algún planeta y a los dioses de su barrio y a los demonios mundanos,
que viven en la desdicha, en la esquina de siempre.
En una flor también se pueden morir,
no todo es poesía la de los hombres soñando.
siguen las lluvias mariconas y sigue el rock,
Tonto al fin,
en los caminos de colores finitos y de pocas ideas,
después de caer y volver al tan temido barro del espanto.
Un sueño revelador,
una muerte -previsible de malas conductas-
y un mensaje que ordena la metafísica del amor de un lunes tonto y descreído.
Triste panorama el de un hombre que se rinde a los pies de la madrugada a pedir perdón.
Tonto y pobre hombre,
cobardemente testarudo de una suplica elemental,
a lo ángeles de algún planeta y a los dioses de su barrio y a los demonios mundanos,
que viven en la desdicha, en la esquina de siempre.
En una flor también se pueden morir,
no todo es poesía la de los hombres soñando.
martes, 1 de marzo de 2011
incoloro
La estupidez de siempre y el síndrome nervioso de estos tiempos
Erosiona por completo cualquier forma romántica de vida,
De amor,
De entrega,
De calor,
De poesía.
Que lugar queda a los versos,
A los libros,
A los anhelantes,
A los utópicos,
A los pobres tipos
Que todavía creemos en la palabra a través de la poesía,
Como forma libertaria de la expresividad.
La ausencia del color también me duele.
Estoy flaco,
Pálido,
Languideciendo el dolor de la velocidad,
El ocaso de la lucidez
En sus versiones posmodernas
Aplican en el cuerpo una marca,
Un destinte que se enreda y trepa por las paredes de la humedad.
miércoles, 26 de enero de 2011
Enero
Hasta donde puede llegar esta tarde,
en la rama, en los balcones y en los postes de luz;
en el colectivo que me deja en las puertas de Barracas.
A veces siento que no lo merezco
o que simplemente allí radica todo,
entre lo que la retina y la brisa veraniega abarcan.
Mansa,
quieta pero sabia en su melancolía divina,
que empuja a la noche sobre el final de las horas.
Ver la tarde,
y volver al barrio para volverte a ver.
en la rama, en los balcones y en los postes de luz;
en el colectivo que me deja en las puertas de Barracas.
A veces siento que no lo merezco
o que simplemente allí radica todo,
entre lo que la retina y la brisa veraniega abarcan.
Mansa,
quieta pero sabia en su melancolía divina,
que empuja a la noche sobre el final de las horas.
Ver la tarde,
y volver al barrio para volverte a ver.
martes, 9 de noviembre de 2010
carta abierta al conformismo
La vida es no dejarse vencer,
Ir más allá de aquello que nos proponen como vida,
Dejar de pensar como vivir y poder sentir como se vive,
Dando lugar a los lugares inciertos y desconocidos,
A la buenaventura y a los posibles errores
Que se puedan cometer en el andar desprejuiciado,
Ser políticamente incorrectos, humanamente incorrectos
Y asumirse en una total imperfección.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Muchos de nosotros no queremos permanecer
Para vivir permaneciendo y así garantizarnos
Gravitar por esta vida.
No queremos gravitar, pues grave sería
Nos negamos a naturalizar las emociones,
A creer que todo pasa y que siga pasando por la vereda de enfrente.
No nos interesa el altruismo de la vida posible,
Queremos vivir buscando problemas y soluciones,
Y más problemas y embarrarse hasta encontrar en ese acto
El sentido del trabajo, del esfuerzo y el compromiso.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si no somos venidos para andar de equilibristas,
No nos entreguemos a las mieles de lo plácido,
Si esto no implica el sacrificio,
El desvivirse para vivir plácidamente
Sabiendo que siempre hay más de lo visible,
Siempre hay melodías en las melodías,
Y allí las armonías,
Y allí las disonancias,
Y la deformidad,
La capacidad de crear y la necesidad de hacer algo distinto.
De sumar, de no pasar por acá de turista,
De querer traspasar la reja, la realidad y la verdad
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
El arte de lo posible,
Es la mentira más ruin
Que el hombre haya inventado para legitimar lo que no hace,
Lo que no busca, lo que no quiere ni le importa.
De posibilidades esta hecho el destino,
Y el destino lo hacen los hombres,
Caminando y haciendo camino,
Sorteando las dificultades, las piedras y los ventarrones.
El mal tiempo es fácil de anunciar,
La cuestión es como sobrevivir al mismo y como avanzar en el mismo,
Como seguir haciendo Patria en medio del Apocalipsis del hombre.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si las flores negras se secan, se marchitan, se pudren,
Si en la lluvia también se hace verano,
Porque no se anida esta enorme presión en el pecho de todos,
Si podemos hacer bandera, si podemos hacer de un retazo de tela
Una esperanza de muchos, una quimera posible,
Y de la imposibilidad hacer arte, amor y política.
Podemos escribir, y dejar todo en cada verso,
Asistiendo a cada lugar donde ansíen nuestra presencia,
Poniendo cuerpo y alma,
Para que el buey entienda que sólo no puede lamerse,
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si los otoños sirven a la reflexión,
Las primaveras nos movilizarán a los hechos,
A las tareas del mismo tiempo que siempre está después,
Porque primero estamos nosotros.
Las bocanadas de aire y los suspiros
Deberán esperar su domingo, su día feriado
Para entender que se acabaron los días tristes,
Que acá nadie la atiende, nadie la ampara
Si tanto rato ya le dimos a la nostalgia,
Que ahora espere, que el hombre ya esperó mucho.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si todos los días hacemos algo por el otro
Entonces estaremos viviendo,
Si todos los días miramos un poco más al cielo,
Entonces estaremos descubriendo algo nuevo,
Si todos los días releemos un libro,
Entonces estaremos creciendo,
Si todos los días resignificamos la palabra,
Entonces estaremos escribiendo algo distinto,
Si todos los días nos preguntamos hacia donde vamos,
Entonces sabremos hacia donde estamos marchando,
Si todos los días dejamos algo más que el esfuerzo y la inercia de vivir,
Entonces la historia dirá algo más de nosotros.
Ir más allá de aquello que nos proponen como vida,
Dejar de pensar como vivir y poder sentir como se vive,
Dando lugar a los lugares inciertos y desconocidos,
A la buenaventura y a los posibles errores
Que se puedan cometer en el andar desprejuiciado,
Ser políticamente incorrectos, humanamente incorrectos
Y asumirse en una total imperfección.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Muchos de nosotros no queremos permanecer
Para vivir permaneciendo y así garantizarnos
Gravitar por esta vida.
No queremos gravitar, pues grave sería
Nos negamos a naturalizar las emociones,
A creer que todo pasa y que siga pasando por la vereda de enfrente.
No nos interesa el altruismo de la vida posible,
Queremos vivir buscando problemas y soluciones,
Y más problemas y embarrarse hasta encontrar en ese acto
El sentido del trabajo, del esfuerzo y el compromiso.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si no somos venidos para andar de equilibristas,
No nos entreguemos a las mieles de lo plácido,
Si esto no implica el sacrificio,
El desvivirse para vivir plácidamente
Sabiendo que siempre hay más de lo visible,
Siempre hay melodías en las melodías,
Y allí las armonías,
Y allí las disonancias,
Y la deformidad,
La capacidad de crear y la necesidad de hacer algo distinto.
De sumar, de no pasar por acá de turista,
De querer traspasar la reja, la realidad y la verdad
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
El arte de lo posible,
Es la mentira más ruin
Que el hombre haya inventado para legitimar lo que no hace,
Lo que no busca, lo que no quiere ni le importa.
De posibilidades esta hecho el destino,
Y el destino lo hacen los hombres,
Caminando y haciendo camino,
Sorteando las dificultades, las piedras y los ventarrones.
El mal tiempo es fácil de anunciar,
La cuestión es como sobrevivir al mismo y como avanzar en el mismo,
Como seguir haciendo Patria en medio del Apocalipsis del hombre.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si las flores negras se secan, se marchitan, se pudren,
Si en la lluvia también se hace verano,
Porque no se anida esta enorme presión en el pecho de todos,
Si podemos hacer bandera, si podemos hacer de un retazo de tela
Una esperanza de muchos, una quimera posible,
Y de la imposibilidad hacer arte, amor y política.
Podemos escribir, y dejar todo en cada verso,
Asistiendo a cada lugar donde ansíen nuestra presencia,
Poniendo cuerpo y alma,
Para que el buey entienda que sólo no puede lamerse,
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si los otoños sirven a la reflexión,
Las primaveras nos movilizarán a los hechos,
A las tareas del mismo tiempo que siempre está después,
Porque primero estamos nosotros.
Las bocanadas de aire y los suspiros
Deberán esperar su domingo, su día feriado
Para entender que se acabaron los días tristes,
Que acá nadie la atiende, nadie la ampara
Si tanto rato ya le dimos a la nostalgia,
Que ahora espere, que el hombre ya esperó mucho.
Acaso que es vivir,
Acaso que es morir.
Si todos los días hacemos algo por el otro
Entonces estaremos viviendo,
Si todos los días miramos un poco más al cielo,
Entonces estaremos descubriendo algo nuevo,
Si todos los días releemos un libro,
Entonces estaremos creciendo,
Si todos los días resignificamos la palabra,
Entonces estaremos escribiendo algo distinto,
Si todos los días nos preguntamos hacia donde vamos,
Entonces sabremos hacia donde estamos marchando,
Si todos los días dejamos algo más que el esfuerzo y la inercia de vivir,
Entonces la historia dirá algo más de nosotros.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Chica del Tigre
Quisiera encontrarte en algún lugar,
igualita a cuando recién te levantás
y llevarte a un parque,
o a tomar un helado y olvidarse,
por lo menos un instante,
de las obligaciones de los hombres
y volver a ser niños.
Eso,
Me gustaría haber sido tu novio de niño,
algún verano,
armando castillitos
y juntando boludeces de esas que te gustan
cuando sos un nene
sólo para acercarte a la nena que te gusta
y saber que es tu novia,
aunque ella no lo sepa.
Tendríamos que jugar más seguido,
y seguir de vez en cuando
el río de tus ojos que disparan fuego.
Una tarde
en la isla
inventando un día propio,
y que en el muelle
haya un cartel que diga:
Feriado, estamos jugando.
igualita a cuando recién te levantás
y llevarte a un parque,
o a tomar un helado y olvidarse,
por lo menos un instante,
de las obligaciones de los hombres
y volver a ser niños.
Eso,
Me gustaría haber sido tu novio de niño,
algún verano,
armando castillitos
y juntando boludeces de esas que te gustan
cuando sos un nene
sólo para acercarte a la nena que te gusta
y saber que es tu novia,
aunque ella no lo sepa.
Tendríamos que jugar más seguido,
y seguir de vez en cuando
el río de tus ojos que disparan fuego.
Una tarde
en la isla
inventando un día propio,
y que en el muelle
haya un cartel que diga:
Feriado, estamos jugando.
martes, 19 de octubre de 2010
un mal sueño
De la nada al viento, como las babas del diablo, como una tormenta no prevista por el servicio meteorológico, una araña de mil pedazos se apodera de la imagen, tejiendo sus telas por toda la habitación hasta desangrar los vértices y las paredes humedecidas por el tiempo. Mi ropa y mis discos desparramados por el suelo son absorbidos por los pegajosos hilos del espanto y todas mis pertenencias se adhieren como velcro al enorme arácnido que viene por mi cabeza, con sus tenazas amenazantes. Me desenredo de las sábanas como puedo, pateo mi velador para ganar tiempo en la retirada, y pienso como podría zafarme por la ventana antes que el monstruo me atrape y consiga devorarme. Entonces se me ocurre actuar como el, y comienzo a caminar por la pared del ventanal, imitando sus movimientos y sus alaridos, comienzo a desprender mi propia tela de araña de mis manos y tomo posesión de la otra mitad de la habitación. Ahora estamos en igualdad de condiciones. Ahora somos lo mismo y creo que comenzó a temerme; lo percibo en el vomitivo olor que emana de sus poros, lo veo en sus noventa ojos y en sus amagues vacilantes. Comprendo que es momento de actuar y avanzo sobre su posición. La araña retrocede. Abro mis tenazas de punta a punta y con las fuerzas de un cocodrilo aprieto su torso con mis mandíbulas. De repente, la tejedora se parte en una suerte de llanto adolorido por sus cartílagos que se quiebran en mis muelas y una masa viscosa de color grisáceo empieza a chorrear, como si se tratase de su sangre, y un destello de luz que me deja ciego sale del centro de su cuerpo hasta que explota en mil partes, quedándose toda la habitación sumergida en esa luz blanca en la que no puedo ver. Finalmente, comprendí que fue ella quien me había devorado.
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